
Esta información estaba almacenada en fotones, no en monedas, que son las partículas que percibimos como luz. Es decir, a través de un espacio de siete metros, se han tomado todas las propiedades de los fotones, al tiempo que se recreaban dichas propiedades en un grupo alejado de átomos. El resultado es la transmisión instantánea (no a la velocidad de la luz, si no en un tiempo igual a cero) de las cualidades del conjunto original.El problema con que hasta ahora se enfrentaba la ciencia era que tras el cambio de posición de la información, ésta era demasiado inestable y se perdía rápidamente (en millonésimas de segundo). La proeza actual fue haber logrado sostener el estado del Qubit durante ocho segundos, tiempo suficiente para "leer" la información transmitida (contar el dinero sobre la mesa).Si bien a partir de aquí necesitaría contratar a algunos físicos teóricos para que expliquen lo que sucedió en ese lapso de ¿tiempo?, no es difícil imaginar que en un futuro teórico, el mismo proceso podría aplicarse a estructuras más complejas, como un ser vivo, si tenemos en cuenta que éste no es más que un conjunto de células, siendo cada una de ellas un conjunto de moléculas, etc.Y, pensándolo un poco más, ¿cuál es la diferencia entre la teletransportación y los viajes en el tiempo? Quizás, las partículas de la que están hechos la materia y el tiempo.
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